lunes, 27 de junio de 2011

Coming Out

Si, finalmente sucedió lo que tenia que pasar y no necesité anestecia!: Le conté a mi hermana que me gustaban las mujeres. Todo pasó una noche de interminable charla por Skype (ella se encuentra a muchos kilómetros de aqui) y luego de escuchar algunos momentos dificiles que estaba viviendo en tierras foráneas le dije "Si ves?, las cosas no son tan negras como parecen cuando se hablan, hay otras que se pueden volver una cruz si no se cuentan"... y claro!, sin quererlo me di cuenta que era el momento que estaba esperando.

En mi cabeza habia recreado muchas veces ese momento y de hecho pensaba que la mejor manera de hacerlo era diciéndolo face to face, por que la idea de hacerlo por internet se me hacia muy impersonal. Pero sentí un impulso tan grande de abrirme que me dije: "Que carajos, es ahora!...En caso de emergencia simplemente la red se podría caer y fin del problema jajaja".Posiblemente el hecho de sentirla vulnerable y con el fin de darle otra perspectiva a sus problemas, me lancé en caida libre ante lo que podría ser una muerte súbita o el viaje liberador que tanto habia esperado (a este último le apostaba).

En realidad antes de atreverme me imaginé que se iba a poner loquísima, con cara de "guacala" acompañada de un silencio incómodo tipo agujero negro del cual me costaría salir. En mi cabeza se habían dibujado rostros de rechazo y desaprobación,... reacciones homofóbicas de todo tipo!. Ahora que lo pienso exageré mucho, pero la incertidumbre de su reacción impulsaba la creatividad pesimista de mi cerebro y obviamente la percepción equívoca de la sociedad acentuaba dicho escenario.

Me sentí como una niña chiquita que rompe un jarrón, lo esconde y luego con la cara mirando al suelo confiesa su gran pecado a mamá. Si, me sentí infantil y desprotegida, pero con la firme decisión de contarle todo. No he sido buena ocultándole cosas y esta no iba a ser la excepción.

Así fue como le dije todo lo que estaba viviendo, sin más ni menos. Para mi sorpresa su reacción supero mis peores escenarios: Se mostró como la hermana incondicional que siempre habia sido, tan madura y llena de amor que me sentí privilegiada.

Fue ahi cuando me di cuenta que yo misma me habia encerrado en un clóset y que la llave para salir estaba justo en mi bolsillo.

lunes, 2 de mayo de 2011

Uno más.... venga pues!




Si.... estoy a escasos cuatro dias de mi cumpleaños y me siento desubicada, ... creo que siempre lo estuve pero esta vez es diferente: soy consciente de ello y la realidad asusta!. Antes, cuando pasaba por los veinticuatro las cosas se veían con un lente distinto y mis preocupaciones iban por los lados de la realización profesional, las cosas materiales y .... el corazón?...ese latía solo y su estado podía pasar desapercibido (siempre he sido muy independiente y tengo el mal o buen hábito de no atarme a las personas).

Ahora, a estas alturas (a un par de años de los treinta) me doy cuenta que tengo una actitud completamente contradictoria. Por una parte me encanta la libertad de estar sola (caminar por la calle con el ipod a todo volumen, curiosear a la gente, hacer compras, entrar a una libreria, sentir que soy dueña absoluta de mi tiempo, sumergirme en lo más profundo de mi ser.... y volver a la realidad cuando siento que vibra mi celular)... y por otro lado, luego de un exhausto dia de trabajo lleno de rutinaria vida social, siento el mal necesario de tener a alguien a mi lado, que esté más allá de los pocos amigos que me conocen de verdad.

Que me pasa????.... yo que siempre trato de encontrarle un defecto a las personas que corren el riesgo de acercarse, huyendo despavorida cuando veo que el espacio vital de mi custodiado corazón se empieza a encoger por alguien más (una verdad que mi Sombrerero siempre me dice en la cara y siempre resulto negándolo...ups, si, perdóname, reconocerlo no me sale bien) ....creo que me estoy cansando de huir y de tener miedo de sentir.

Parece que me llegó la hora de empezar a abrir las puertas! ...